La caries dental
es una enfermedad infecciosa crónica que cursa con desmineralización y
desintegración progresiva de los tejidos dentarios calcificados.
La caries
de biberón también es conocida como la caries dental del bebé, síndrome del
biberón o caries de la lactancia, siendo esta última denominación la más
correcta ya que es una caries rampante que afecta a la dentición primaria de
los lactantes y niños de corta edad.
Está relacionada
con:
Uso frecuente y
prolongado de un biberón con contenido líquido con carbohidratos fermentables
como zumo de fruta comercializado, uso de jarabes vitamínicos o untar el
chupete con miel o azúcar durante el sueño.
Alimentación
materna prolongada.
Los dientes que
se afectan principalmente son los cuatro incisivos de leche superiores y las
primeras muelas de leche tanto inferiores como superiores, los caninos
inferiores se ven implicados con menos frecuencia.
No se ven
afectados normalmente los incisivos de leche inferiores, porque con el hábito
de succión de los niños hace que el labio inferior proteja a estos dientes.
Se ha encontrado
que existe relación socioeconómica de la caries del biberón en el mundo
industrializado, encontrándose mayor nivel de enfermedad en niños procedentes
de familias más pobres, con menos estudios, padre único o familias recién
inmigradas.
Causas
Para que se
origine cualquier tipo de lesión de caries es necesario que confluyan influyendo
también el factor tiempo.
Las lesiones de
la caries de biberón tienen su origen en la ingesta prolongada de líquidos que
contienen sacarosa, a menudo en forma de jarabes o biberón.
La causa
principal es la presencia durante tiempos prolongados de un biberón que
contiene leche u otro líquido con hidratos de carbono, sobretodo durante el
sueño.
La leche, tanto
bovina como materna, tiene baja cariogenicidad, pero algunos autores piensan
que los radicales ácidos producidos en la metabolización de la lactosa presente
en la leche pueden desmineralizar el esmalte dental.
La caries del
lactante es una enfermedad incuestionablemente inducida, ya que el biberón se
le da al niño para inducirlo a que se duerma cuando conviene a los padres.
Cuando el niño
se toma el biberón, la tetina se apoya contra el paladar mientras la lengua
(que está en contacto con los labios, cubriendo a los incisivos inferiores), en
combinación con los carrillos, fuerza el contenido hacia la cavidad bucal.
Cuando el niño
se adormece hasta finalmente dormirse, la velocidad de deglución disminuye, al
igual que la secreción y flujo salivar.
De esta forma,
la leche en la boca forma una colección estancada que baña los dientes, excepto
los anteroinferiores ya que como la lengua se mantiene en contacto con los
labios impide que se acumule la leche a su alrededor.
Durante este
periodo se forman ácidos que continuamente producen desmineralizaciones en el
esmalte.
Si este proceso
se repite con frecuencia lleva a la aparición de caries.
El hábito de
succión de biberón puede ser nocturno (el más frecuente) o diurno, y eso
determina patrones distintos de afectación.
En el patrón
diurno se afectan todos los dientes inferiores excepto los incisivos (por
acción protectora de la lengua) y las caras oclusales de los dientes
posteriores.
Además del
biberón y chupete, hay otros factores que pueden influir en la aparición de
este tipo de caries como son: la lactancia materna prolongada, la actividad
muscular orofacial, la frecuencia y duración del hábito, las alteraciones
estructurales de los tejidos duros dentales, la capacidad tampón y cantidad de
la saliva del niño y la respiración oral.
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